Amenazado para dejar el caso de la Cueva de Hércules
Un abogado de Toledo, en representación de su cliente, el investigador Alberto Canosa, acudió al Consistorio para realizar unas gestiones habituales de contactos e información. Allí el letrado fué amedentrado y amenazado para que dejase el caso y que no se interesase más por La Cueva de Hércules.
A finales del año 2003, a causa del secretismo y de las extrañas maniobras de las autoridades de Toledo en relación con La Cueva de Hércules, además del arrinconamiento y olvido perpetrados contra su descubridor, el investigador hispano alemán se decidió a contratar a un abogado, para intentar hacer valer sus derechos como ciudadano, investigador y descubridor.
En una visita de rutina al Consistorio, el letrado se vió metido, de repente, en una encerrona, y su gestión se convirtió en un episodio traumático que nunca podría olvidar. Los responsables del poder le obligaron a jurar, acaso a la extraña manera de las sectas secretas, y fué gravemente advertido: O dejaba el caso de la Cueva de Hércules o le arruinarían su vida y su carrera, a él o a cualquier otro abogado.
Muchas personas, abogados, periodistas, investigadores, testigos, etc.., ya lo han comprobado. Si intentan interesarse por el tesoro secreto y prohibido de Toledo, automáticamente se pondrán en el punto de mira de las organizaciones más poderosas de la Tierra, a cuya cabeza está El Vaticano Sociedad Anónima.
Unos testigos del Secreto de Toledo fueron amenazados, otros detenidos, otros encarcelados, y lo que es peor, otros fueron liquidados y quitados de en medio.
El descubrimiento de la Cueva de Hércules ya ha costado muchas vidas, en la historia reciente y en la historia pasada. En 1546, en tiempos de la Expedición del Cardenal Juan Martínez Silíceo; en el año 711, reinando el Rey Rodrigo, y aún antes en el tiempo. Incluso España entera se perdió por 8 siglos a manos de los musulmanes, y se llenó de sangre, como castigo, por violar el precinto sagrado del Palacio Encerrojado de Salomón
Gente paseando por la ciudad de Toledo. Bajada hacia la Catedral.
Hay que decir, en honor y mérito del sr. Oscar Marín, que se trata de un competente abogado de Toledo; un excelente profesional, muy cultivado, y buena persona; que estuvo dispuesto a representar al sr. Alberto Canosa o a cualquier otra persona que lo necesite.
Su caso de la Cueva de Hércules, dejó estupefactos a sus colegas de profesión, al Colegio de Abogados en Toledo, y a toda la Judicatura de Toledo.
Los poderes y sus extrañas conspiraciones son los verdaderos responsables de este suceso lamentable, y de otros más; unas responsabilidades que, indefectiblemente, algún día tendrán que asumir y pagar.
Si quieres conocer toda la historia completa visita el enlace:
El abogado amenazado
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