sábado, 3 de mayo de 2008

¡Tiraron la Pared y Entraron!!..


Habla María Blanco, la anterior dueña de la vivienda nº 3 del Callejón de San Ginés...

- "Vinieron los del Ayuntamiento, tiraron el tabique que había puesto mi padre hacía más de 50 años y entraron. Fué tremendo todo lo que hicieron allí. Se me cayó el alma a los pies cuando ví todo lo que habían hecho allí. Eso no lo habría permitido mi padre"...

Desde entonces las galerías subterráneas que parten de San Ginés permanecen taponadas. Nadie puede entrar.

Esta persona, testigo de los hechos, tenía cosas que decir, por eso resultaba importante localizarla y poder conversar con ella. Tal vez ella no diera importancia a ciertos detalles, por no conocer lo que se oculta detrás de La Cueva de Hércules, pero sí que la tienen. Cualquier mínimo detalle tiene importancia.

Descartado un primer tanteo inicial en la Oficina Municipal del Catastro en Toledo, en donde resulta harto difícil o imposible conseguir cualquier mínimo dato de algo o de alguien, me he dirigido a pié al mismo Callejón de San Ginés, el cual no se encuentra lejos de la Catedral de Toledo, a ver si allí había más suerte con las pesquisas.

El objetivo era localizar a algún anterior dueño que hubiera vivido anteriormente en esa vivienda para que nos relatara cualquier cosa, con respecto a cualquier experiencia y con respecto a la adquisición de esa casa por el Ayuntamiento. En esa casa, antes de que perteneciera al Consistorio - Consorcio de Toledo, tuvo que vivir alguien ¿pero quién vivió allí ? ¿y dónde se encuentra ahora?

Al doblar la estrecha calle que subía, apareció ante mí el auténtico Callejón de San Ginés, misterioso, como siempre. Me encontré allí casualmente con dos vecinas, de edad mayor, que conversaban al aire libre, junto a las puertas de sus casas, en el mismo Callejón, tras regresar de sus compras y recados.

Era el momento idóneo para saludar y de paso preguntar. Las dos señoras respondieron con amabilidad y aseguraron que en esa casa, la del nº 3, vivían el señor Toribio Blanco y su mujer, la Señora Amelia, ya fallecidos. Pero informan que de aquél matrimonio viven hoy sus hijos e hijas. Ya tengo un apellido, "Blanco", pero Toledo es muy grande ¿vivirá todavía en Toledo algún hijo del matrimonio, o residirán en otras provincias?...

Siguiendo la investigación, localizé a la Señora María Blanco, hija del Sr. Toribio y de la Sra. Amelia, que actualmente reside en un pueblecito de Toledo, de la cual prefiero no facilitar más datos personales, primero por respeto hacia esta señora y su familia, y segundo porque no es necesario divulgarlos por aquí a los cuatro vientos.

Llamé por teléfono al domicilio particular de la Señora María Blanco, la anterior dueña de San Ginés 3. Al otro lado del teléfono se pone al habla una señora, con voz de persona mayor, y con carácter, o más bien genio.

La Señora Blanco se muestra incómoda y tirante ante esta llamada por sorpresa y sorprendida a su vez por tener que hablar acerca de la gestión de venta de su antigua casa de Toledo, que la familia había llevado a cabo hacía ya 2 años, cuando vendieron la vivienda del Callejón de San Ginés 3.

También se mostró muy sorprendida de que alguien hubiera podido localizarla. Fué una gestión de la que guardan, tanto ella como sus otros hermanos, un mal recuerdo y que les desagrada recordar. Dice que prefiere no recibirme en persona, que además tiene que desplazarse a Toledo a hacer un recado por lo que no podrá hablar durante mucho tiempo; no obstante, aunque con desconfianza, atendió la conversación y preguntas durante unos minutos que pasamos hablando acerca de todo lo relacionado con su familia y su antigua casa.

Esta es la nueva casa, situada en un pueblecito de la provincia de Toledo, en donde ahora vive la Sra. María Blanco, la antigua dueña junto con sus hermanos de la mítica casa nº 3 del Callejón de San Ginés. Curiosamente esta nueva casa tiene también el número 3.

Según afirma la Sra. María Blanco, los 4 hermanos, Fernando, Pablo, Antonia, y ella misma, todos ellos fueron quienes tramitaron la venta de la vivienda al Consorcio de Toledo, hace unos 2 años (ahora ya hace 3 años). La casa de la familia Blanco estaba a la venta. Una Inmobiliaria había puesto unos carteles anunciando la venta de la casa.

Alberto Canosa recuerda que en aquella época, cuando paseaba por el Callejón de San Ginés, mientras continuaba sus investigaciones, pudo ver personalmente esos carteles de "Se Vende" en aquella vivienda. La Inmobiliaria y la familia habían llegado a un acuerdo para vender la casa en 40 millones de pesetas. Y al parecer, ya había aparecido un cliente que estaba interesado en adquirir la casa.

Ahí es cuando de repente entra en acción el Ayuntamiento -Consorcio de Toledo, pues de ninguna de las maneras iban a dejar escapar la oportunidad de apropiarse de la casa. Los enviados del Ayuntamiento comunican a la familia que están interesados en adquirir su vivienda.
Proponen a la familia una oferta de compra en la que se les va a pagar más cantidad de dinero que cualquier otro posible cliente; que deben olvidarse de las gestiones y de los acuerdos con esa Inmobiliaria a la que habían contratado anteriormente, pues su oferta municipal va a ser sin duda la mejor de todas, ya que supuestamente beneficiará tanto a la familia como a la ciudad y a todos los vecinos de la ciudad.

La cara amable y convincente que envía el Consistorio, en sucesivas visitas, a la vivienda de la familia Blanco, es la Concejal de Tráfico. Es la encargada para convencer a la familia de que deben vender su casa al Ayuntamiento, pues dicen que desde el Consistorio tienen unos importantes e interesantes planes para destinar esa casa a un fin social, convertir la casa en un Albergue Municipal, un "Hogar para los pobres de Toledo", nada más y nada menos.

La familia, abrumada por el gran interés que ponía el Ayuntamiento, las promesas de una buena venta, y las visitas reiteradas de la "simpática y agradable" Concejala, aceptó la oferta del Ayuntamiento.

Hoy sabemos, porque ya han pasado varios años, que nunca se habilitó en esa vivienda ningún Hogar para los pobres de Toledo, y que nunca se destinó aquella casa a dicho fín caritativo. Fué una tomadura de pelo y un engaño perpetrado contra una pobre gente que ignoraba lo que sucedía en cuanto a los intereses inconfesables de querer controlar el acceso a La Cueva de Hércules.

Antiguos Grabados Visigodos en la fachada exterior del nº 3 del Callejón de San Ginés en Toledo, la casa particular que era de la Familia Blanco. Siempre habían tenido en su casa la Entrada del Túnel que lleva hasta la Cueva del Rey Salomón, pero por miedo la tenían tapada con una pared.

La carta del informante anónimo

Así las cosas, el 13 de febrero de 2004, el investigador Alberto Canosa recibe una carta de una persona, cuyos datos preferimos también preservar, que no desea permanecer más tiempo callada y que quiere contar lo que sabe:

"Asunto: Casa San Ginés"
"Antes que nada quiero hacerle saber que no tengo ningún interés en mantener ninguna correspondencia con usted, con todo el respeto.
Solamente le quiero hacer saber unos hechos que conozco y usted saque sus propias conclusiones:

- Que la Concejala de Tráfico de Toledo, perteneciente a todos los mandatos del actual y anterior Alcalde de Toledo del Partido Popular (PP), ha "dejado" la Concejalía.
- Que una casa, creo que el nº 3, en el Callejón de San Ginés, ha sido comprada, entera, a nombre de su hijo.- Que en estos momentos está deshauciando (echando) a los inquilinos.
- Que la ex-concejala, visita y gestiona todos los trámites para los deshaucios. Y no su hijo.
- Que la ex-concejala (y no su hijo) ha llevado a arquitectos y aparejadores a la casa para que vean un "importante arco antiguo" que hay en el interior de la casa.
Un saludo".

Y es que aquella compra, que nunca estuvo clara, y cuyos números tampoco cuadran, fué más bien una especie de confiscación encubierta. La familia tenía que vender aquella casa al Ayuntamiento, sí o sí, eran las dos opciones posibles. Al final, la casa fué comprada tan sólo por 17 millones de pesetas, según afirma la Señora María Blanco.

Pero tras el pago de los impuestos correspondientes ante los bancos y la gestión de documentos de compra-venta, que recayó encima sobre la familia Blanco, ésta tan sólo llegó a percibir realmente 14 millones de pesetas, una cantidad muy pequeña para repartir entre los 4 hermanos.

Si esto ha sido así, que el Ayuntamiento se había comprometido a pagar más de 40 millones de ptas, y al final la familia sólo cobró 14 millones de ptas, entonces esta gestión se puede considerar como un fraude o estafa en toda regla, y además perpetrado con engaño.

Por si esto fuera poco, el disgusto de la mala venta vivido tristemente por la familia Blanco, provocó desacuerdos en la familia en cuanto a la cantidad por la que se vendía la casa, y discusiones en el reparto del dinero entre todos los hermanos. A consecuencia de toda esta desagradable experiencia, las dos hermanas, Antonia y María, rompieron sus relaciones personales y desde entonces no volvieron a hablarse ni a verse nunca más.

La Señora María Blanco afirma que su padre, el Sr. Toribio Blanco no estuvo presente en dicha gestión ya que había muerto hacía 34 años. En cuanto a su madre, la Señora Amelia, había muerto hacía 10 años, y por lo tanto, tampoco llegó a ver la venta de la que fué su casa.

La Sra. María cuenta que cuando sus hermanos y ella eran pequeños, y vivían sus padres, había en la casa una boca de túnel que conducía por oscuras galerías, y que sabía, porque lo decían sus padres, vecinos, etc.., que alguna vez se habían encontrado esqueletos humanos.

Dice que ni ella ni sus hermanos se internaron nunca por el túnel de su casa, porque eran de muy corta edad, que les daba miedo, y sus padres no les dejaban que hicieran esa clase de excursiones peligrosas.

- Mi padre (el Sr. Toribio Blanco) levantó un tabique para tapar aquella Entrada de túnel - recuerda la Señora María Blanco - para seguridad de la familia, para que nosotros, sus hijos, no nos perdiéramos por ahí, por esos túneles".

El padre de María levantó ese tabique en 1942, al poco tiempo de que sus padres comprasen aquella casa. En aquél momento la Sra. María Blanco contaba con una corta edad, entre 5 y 8 años de edad, aproximadamente, siendo ella la mayor de todos sus hermanos.

El número 3 del Callejón de San Ginés, según testimonia la Sra. Blanco, consistía en una casa a nivel de calle, en cuya planta hacía vida toda la familia, en las habitaciones, cocina, etc.. Bajo la casa se encontraba el sótano al que se bajaba por medio de una escalera. Allí debajo, en el sótano, se encontraba el tabique que tapaba la Entrada del túnel.

17 millones de pesetas, que menguaron en 14, es la cantidad que recibieron María Blanco, Antonia y sus otros 2 hermanos. Que traducido a euros son 84.142 euros.

Sin embargo fueron 685.000 euros, es decir, 114 millones de pesetas, sacados de las arcas de todos los ciudadanos, los que el Ayuntamiento se autoconcedió para la adquisición de la casa.

El teletipo de la Agencia de Noticias de Europa Press del día 15 de septiembre de 2003 decía así:
"El Consorcio de Toledo aprueba subvenciones de rehabilitación por 685.000 euros en el Casco Histórico".

¿A qué se destinaron los otros 600.000 euros? La casucha vieja del olvidado callejón apenas sólo tenía una humilde escalera y poco más.

Al parecer, esos dineros debieron destinarse para acondicionar convenientemente toda la zona de la Entrada Subterránea de los Bajos de San Ginés 3, pues ahora se reciben visitas guiadas turísticas, unos paripés turísticos en los que les enseñen a los visitantes un hall y un par de pasillos y les dicen que son las Cuevas de Hércules, cuando resulta que la verdadera Cueva de Hércules se halla debajo de la Cripta de la Catedral de Toledo.
Desde los Bajos de San Ginés parten 3 túneles y uno de ellos recorre 2 kilómetros de distancia hasta llegar a la Cueva de Hércules, que se encuentra, como hemos dicho, bajo la Cripta de la Catedral. Las bocas de túneles que hay en el subterráneo del Callejón de San Ginés 3 aparecen taponadas, (ver fotografías en la Galería de Imágenes) y está claro que se han cegado utilizando la partida presupuestaria referida, sacada de las arcas de todos los ciudadanos.

Es el mismo dinero de todos los vecinos de Toledo el que se utiliza para esconder y ocultar los accesos hacia La Cueva de Hércules, para que nadie descubra nada. Los trabajos y acondicionamientos en los subterráneos de San Ginés fueron mayores que los que se imagina la gente, de ahí la generosidad de la partida aprobada. Todo a cargo del contribuyente.

¡Entraron a saco!!!...

- ¡Hicieron mucho, pero mucho, madre mía todo lo que hicieron allí abajo!! - se lamenta la Señora María Blanco - Hicieron unas obras tremendas!... ¡Se me cayó el alma a los pies cuando estuve en la casa y ví todo lo que habían hecho allí.., ¡¡Habían Tirado el tabique que levantó mi padre y habían entrado dentro, sin ningún tipo de miramiento ni reparo, después de 50 años!!..., ¡yo no sé todo lo que hicieron allí de obras!... ¡Eso no lo habría permitido mi padre!...También la ex-dueña de San Ginés 3 revela que un equipo de expedicionarios del Ayuntamiento se internó por el túnel de la vivienda. Lo confirma María Blanco, a la que le dicen, después de salir, que han podido ver un Lago dentro de las cavidades subterráneas. Seguramente le revelaron esta información simplemete para ganarse su confianza y pensando que dicha información a nadie más aprovecharía.

La pregunta, entonces, viene sola: ¿Por qué las visitas guiadas turísticas que se hacen en el Callejón de San Ginés, en las supuestas cuevas de Hércules, no muestran el Lago a los visitantes y turistas?
¿Qué hay de malo en ello?...

Escrito por Fran Garcia 
15 de Noviembre de 2006

A propósito del Lago de Hércules

La cuestión es que en las visitas guiadas turísticas que en la ciudad se ofrecen a los visitantes no se les conduce a ningún lugar en donde pueda contemplarse ningún lago de agua.
Pero en su lugar, las autoridades políticas y culturales de la ciudad siempre han hablado de la existencia de un aljibe o cisterna romana que hay en los subterráneos. Sin embargo la intriga sigue igual o mayor, puesto que tampoco permiten a nadie que visite la zona subterránea para ver la dichosa cisterna romana. Con lo cual estamos en las mismas. Ni dejan ver lo uno ni permiten ver lo otro.


¿Qué es esto del Lago? 

Es curioso que la anterior dueña de la casa del Callejón de San Ginés nº 3, la Sra. María Blanco, revele este detalle de la existencia de un gran lago subterráneo de agua, según le habían informado los expedicionarios silenciosos del Ayuntamiento.

Porque resulta que según las crónicas antiguas se habla también de la existencia de un gran lago subterráneo en el centro de Toledo. Por eso la información cuadra perfectamente. Y la Sra. Blanco no habla de ninguna cisterna o aljibe, ni una piscina, ni un pequeño habitáculo, sino de un Lago, tal y como suena.

Pues existe un Lago muy grande, de agua fresca y pura, y aparte del agua hay otros tesoros, en esta zona subterránea del centro de la ciudad de Toledo.
Pero de momento la única agua que el poder municipal deja ver a los vecinos y visitantes de Toledo es el agua envenenada y sucia que baja por el Río Tajo, cuyo olor nauseabundo ya es famosamente conocido y soportado en toda la ciudad.

Puesto que el conducto existente actualmente del agua llevado desde una central de purificación de agua a las afueras de Toledo hacia Toledo, es un negocio multimillonario, el descubrimiento inédito de que en la parte alta de Toledo, entrando por los bajos de San Gines 3, existe en realidad un exquisito lago de agua mineral fresca en perfectas condiciones físicas, nutritivas y minerales para la salud, sería una fuente de ingresos multimillonaria para el dueño que posea esos lagos, al abrir una industria de agua mineral, la mejor de toda España, filtrada y traída de varias montañas de la meseta castellana hacia Toledo.

Lo cual por otra parte arruinaría el conducto de agua natural hacia Toledo, con lo que es posible que la empresa que lleve este negocio en la actualidad haya pagado dinero o estén en deuda con el Ayuntamiento de Toledo.

Hubo gente que se llenó de ira y terror, y en definitiva había muchos intereses, por muchos motivos, para controlar esos bajos.

Alberto Canosa y Fran Garcia
15 de Noviembre de 2006

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