viernes, 18 de julio de 2008

Toledo, el Corazón del Mundo

Los judíos llevaron a Jesucristo ante el tribunal romano para ser juzgado, como un criminal.
- Yo no hallo delito alguno en este hombre - concluyó el gobernador romano Poncio Pilato.
Y respondiendo todo el pueblo judío, dijeron:
- "su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos"
Entonces Pilato soltó a Barrabás y entregó a Jesús para que fuera crucificado.

Jesús ante Poncio Pilato, nombrado prefecto (gobernador) romano de la provincia de Judea por el Emperador Tiberio en el año 26 de nuestra Era. Escena de la película "La pasión de Cristo" dirigida por Mel Gibson.

¡Y vaya si cayó la sangre para ellos mismos y para sus hijos!... hasta el día de hoy cae y seguirá cayendo... Los mismos judíos, con su grave blasfemia, y culpables del mayor magnicidio que se haya cometido en la Historia, se atrajeron para sí mismos toda la maldición terrible de Dios.

A partir de JesuCristo, Israel dejó de ser el pueblo elegido de Dios, y desde entonces el verdadero Israel, el pueblo de Dios, lo forman, sus ovejas fieles y obedientes, de cualquier país, rincón o continente de La Tierra.

A esos judíos, fariseos y sacerdotes, tan doctos, tan estrictos y tan observantes de la antigua ley de Moisés, de costumbres tan religiosas, hebraicas e intransijentes, esto les contestaba el Maestro:

- Yo conozco la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. Apocalipsis cap 2 vers 9.

-"Si vuestro padre fuera Dios entonces me conoceríais a mí porque yo de Dios he venido. Pero vosotros sois de vuestro padre el diablo y los deseos de vuestro padre queréis hacer". Juan cap 8 vers 42.

Y nadie con más autoridad judía para decir esas palabras ya que además Jesus tenía sangre y descendencia judía de perfecto linaje y pureza de la Casa Real de Judah, descendiente directo puro de la línea de descendencia davídica del Rey David y del Rey Salomón, por parte de padre, José, y por parte de madre, María.
Aunque por supuesto que la línea de descendencia principal y distintiva que tenía Jesus era la de ser el Hijo de Dios Yaveh.

La nación física de Israel iba a desaparecer durante un largo periodo de 2 milenios, y sus habitantes judíos serían condenados por Dios a vagar errantes durante generaciones por todo el mundo. En esta desolada situación para los judíos, ya sin patria, puesto que Dios les retiró la tierra prometida, iba a surgir una nueva ciudad judía en el mundo, la nueva Jerusalén judía, y que dejaría una huella imborrable en la Historia. Su nombre: Toledo.

La operación de procurar una nueva tierra prometida para todos los judíos exiliados, estaba preparada ya desde hacía 1000 años, en tiempos del Rey Salomón, el cual, al dictado de Dios Yaveh, tuvo que ir a Toledo a sentar los fundamentos de la Nueva Jerusalén en el exilio.

Y aparte de este plan de la nueva capitalidad judía en el mundo, Toledo iba a cumplir un segundo papel más, muy importante: El Rey hebreo Salomón construyó, con ingeniería sobrenatural, una Cámara Secreta, conocida como La Casa de los Cerrojos, y una Torre magnífica, cuyo cometido sería dejar un legado de testimonio sagrado para el tiempo de los últimos días, el cual abriría una nueva Era en la historia de la humanidad.

Cuando vemos un Mapa Mundi vemos algo curioso: España está justo en el Centro del Mundo. 
La 2ª curiosidad es que la ciudad de Toledo está en el centro de España. 

Toledo, capital espiritual de Israel durante 2 milenios

Desde tiempos de la Diáspora judía, dispersión de judíos por el mundo debido a la destrucción de la patria física de Israel, conquistada por los romanos, durante muchos siglos de estos dos últimos milenios, Toledo ha ejercido un papel de tutela judía en el mundo, como la única capital física y espiritual del pueblo hebreo en el mundo.

El Rey Salomón fundó una ciudad, enclave y refugio hebreo en Toledoth, con suficiente anticipación, antes de que llegaran los dos milenios de Historia en los que los israelitas se quedarían sin país, como castigo de Dios Yaveh por haber sido Israel un pueblo rebelde y desobediente de Dios, hasta el punto de haber matado a Jesucristo, tratándole como un impostor y un criminal.

Por todo lo explicado, el legado que dejó Salomón en Toledo ya no fué una herencia judía para judíos, sino un legado universal para toda la humanidad. Esta tarea del legado de Toledo, encargada por Dios Yaveh a Salomón, en cierto sentido, tuvo que chocarle un tanto a Salomón, con su mentalidad judía ortodoxa propia del año 1000 a.C.

Pero Salomón sabía que, en las órdenes divinas que estaba cumpliendo, se estaba anticipando al futuro de la humanidad, preparando nada menos que una herencia destinada a la fecha de los últimos tiempos.

A falta de disponer de una ciudad como Jerusalen y de un país físico como Israel, el pueblo hebreo tuvo que sobrevivir como pudo en el resto del mundo. Y es en este contexto en el que la ciudad de Toledo cobra toda su dimensión e importancia como capital hebrea o Segunda Jerusalén.

Así que tenemos que ya desde un principio Toledo ha desempeñado un importante papel como capital espiritual del pueblo judío en el mundo. Esto independientemente de que la ciudad universal de Toledo haya jugado también, posteriormente, durante la Historia, un papel conciliador de las tres culturas, árabe, judía y cristiana.

Qué curioso parecido el de Toledo con Jerusalén, ya que esta ciudad hebrea de Jerusalén es también la ciudad universal de las tres culturas, árabe, judía y cristiana. Sin duda que Toledo y Jerusalen son dos ciudades hermanas.

Una curiosidad, que mucha gente no sabe, es que el Rey de España, Juan Carlos I, tiene, entre otros títulos, el título de Rey de Jerusalén, al igual que sus antepasados, heredado desde la época de las Cruzadas en la Edad Media.

Desde luego, algo hay en Toledo. En cualquier mapa geográfico del mundo vemos que España está justo en el centro del mapa. Después resulta que Toledo está en el centro geográfico exacto de España. Como se puede ver en esta foto aérea antigua, Toledo tiene una forma de corazón, y en el centro de corazón podemos ver la Catedral de Toledo, tapadera de la Cueva del Rey Salomón. ¿Acaso puede ser todo esto una casualidad?...

Toledo, la Jerusalén de España y del Mundo

En España también tenemos nuestra propia Jerusalén, que es Toledo, y no porque lo hubierámos querido los españoles ni nuestros antepasados del Reino de Castilla, sino porque así lo quisieron los judíos, y así lo quiso el Rey de Israel, Salomón, por mandato de Yaveh. La mano de Dios mismo está en Toledo.

Evidentemente por lo anteriormente dicho, se deduce que Toledo no es una ciudad cualquiera. Es un lugar con una esencia sobrenatural. Es una ciudad con personalidad, singular, y especial, en realidad, única en todo el mundo. Toledo siempre tuvo vocación, porte y sangre de Realeza, y espíritu de Capital de Reino. Toledo fué la primera capital de España.

Y el destino de Toledo, cuando se conozcan al mundo los secretos de la Fortaleza de Salomón, será protagonizar en esa época venidera el papel de la capital del mundo, puesto que de esta ciudad saldrá un Cambio de Era en la Historia Universal.

Y es de hecho que la Historia de España no puede entenderse sin Toledo. Por eso que cada vez que vamos a Toledo es como sumergirnos hacia nuestro propio pasado, reencontrarnos con nuestra primigenia y auténtica capital de nuestro Reino hispánico, y retornar a nuestras más profundas raíces y esencia española.

Toledo es la verdadera capital espiritual que ha sido siempre de España, la capital del Rey Alfonso VI y de su primer caballero El Cid Campeador, la capital de Fernando III el Santo y de su hijo, el Rey Alfonso X el sabio, nacido en Toledo en 1221; Toledo fué la capital de los Reyes Católicos y de Carlos I, y de un largo etcétera de otros muchos reyes visigodos y castellanos.

La Era moderna se llevó la capitalidad administrativa y burocrática a Madrid, una sencilla villa que se transformó después en una ciudad artificial de diseño y compromiso.

Pero cuando llegamos a Toledo nos damos cuenta de que llegamos al pueblo común de nuestros ancestros y patriarcas primigenios, siendo el primero de ellos el Rey Salomón, y no por azar, sino por designio de Yaveh Dios.

Cuando uno llega desde Madrid o desde cualquier otro lugar a Toledo, de pronto se vé transportado a otro lugar, en donde todo es distinto; cambia el paisaje, cambia el tiempo, y cambia la dimensión. Sin duda que ocurre algo mágico e inexplicable cuando uno llega a Toledo, que quizás no se pueda expresar, pero que se siente.

Como dijo el sabio Gregorio Marañón: "Toledo es uno de los pocos escenarios del mundo en los que se puede sin esfuerzo soñar"..

Toledo es la Capital Imperial del Reino de España. 
La Capital del Imperio Español cuando llegó a dominar el Mundo.
Fue fundada por el Rey hebreo Salomón y llegó a lo más alto en la Historia Universal.

Toledo, capital del Reino Visigodo

Con la caída del Imperio Romano, los pueblos bárbaros del norte de Europa se expanden hacia el sur de Europa, las Galias, Italia e Hispania. Entre los años 409 y 411, van entrando y saqueando hacia la Península Ibérica, hordas bárbaras, de suevos, vándalos y alanos. A Toledo primero llegarían los alanos y después los visigodos conquistarían la ciudad de Toledo.

Hacia el año 415 los visigodos, desde las Galias, llegan hasta Barcelona.
En el año 475 los visigodos, con el Rey Eurico, establecieron un Reino con capital en Toulousse, Francia, que abarcaba amplios territorios de la Galia y de Hispania.
En el año 507 los francos merovingios, mandados por Clodoveo, arremeten contra los visigodos, venciéndoles en la batalla de Vouillé, y los visigodos se van replegando hacia la Península Ibérica.
En el año 576, el rey visigodo Leovigildo establece la capital del Reino visigodo en la ciudad de Toledo.

El número de visigodos que se establecieron realmente en Hispania pudo ser de unos cien mil, todo lo más doscientos mil, frente a los 6 millones de hispanorromanos que entonces habitaban en la Península Ibérica. Esta desproporción explica que, pese a controlar el gobierno, los visigodos terminaran asimilando la lengua, la cultura y la religión de la sociedad hispana.

La Catedral de Toledo fué testigo en el año 589 de la Abjuración del arrianismo por parte del rey godo Recaredo, convirtiéndose al Catolicismo, durante el III Concilio de Toledo.

[Arrianismo: doctrina de los arrianos, seguidores de Arrio "el hereje de Alejandría", que negaban la unidad e igualdad de las tres personas de la Trinidad].Toledo, a lo largo de los siglos siguientes, fue la sede de 18 importantes Concilios Eclesiásticos.

La conversión personal de Recaredo en la Catedral de Toledo fué seguida de la adopción del Catolicismo como religión oficial del pueblo godo, en el desarrollo del III Concilio de Toledo en el año 589. Con este acto ritual se pretendía lograr la fusión entre las dos grandes comunidades del Reino: la hispanorromana católica y la goda arriana.

Toledo, capital del Reino de España

Tras un paréntesis de maldición en Toledo, atraída por Rodrigo, el Rey godo traidor y usurpador, que provocó una larga invasión de los musulmanes, en el año 1085, por fín, después de 374 años de presencia musulmana en Toledo, el Rey Alfonso VI, ayudado por El Cid, recupera Toledo para la España cristiana.

Toledo queda unida a la corona del Reino de Castilla, y se convierte en la nueva capital. Había muchas poblaciones, provincias y ciudades que podrían haber sido capital, como Segovia, Valladolid, Salamanca, etc.., pero el honor de ser la capital de la España naciente le correspondió a Toledo.

En esta época florece la cultura en la ciudad de Toledo, y la Escuela de Traductores fomenta la cultura clásica para todo Occidente. También conviven pacíficamente musulmanes, judíos y cristianos.

La ciudad de Toledo siguió siendo capital del Reino posteriormente, durante el reinado de los Reyes Católicos, y también con el Rey Carlos I.

Año 1561, Felipe II traslada la Corte de Toledo a Madrid

En 1561 ocurrre algo que cambia las cosas: El extraño y hechizado Rey Felipe II, (1527-1598), coronado Rey desde 1556, puso fín a esta tradición real y trasladó la capital de Toledo a Madrid, con lo que a partir de esta fecha entramos en la nueva era española que todos conocemos. Pero la capital eclesiástica Primada de España seguiría permaneciendo en la antigua capital del Reino, la ciudad de Toledo.

En 1559 Felipe II contrajo matrimonio con la francesa Isabel de Valois, de la dinastía Valois, antigua Casa reinante en Francia. Al parecer, a la Reina Isabel no le resultaba agradable la ciudad de Toledo y no quería permanecer en aquella ciudad. Felipe II, a quien tampoco le atraía Toledo, empezó a proyectar ambiciosamente la creación de una nueva gran capital y que estuviera cerca del Monasterio de El Escorial.

Para buscar las causas de por qué el Rey oscurantista Felipe II se llevó la capital a Madrid, los historiadores afirman que no hay una causa clara y lógica que constituya y que justifique el motivo principal para dicho traslado. No obstante se han enumerado algunas razones que contribuyeron a que el monarca lúgubre tomara tal decisión:

* Proyectado por Juan Bautista de Toledo, alumno de Miguel Angel, y por encargo directo de Felipe II, El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial se empezó a construir en 1563. Allí, en aquél lugar de la sierra madrileña, el monarca quería construir el Panteón Familiar de la Casa Real.

La cercanía de la villa de Madrid, como capital, facilitaba la supervisión de las obras de El Escorial. Felipe II tenía un gran interés en la construccion de este Monasterio y quería seguir de cerca sus obras y toda su evolución. Toledo quedaba mucho más lejos de El Escorial que Madrid.

* La ciudad de Toledo presentaba limitaciones topográficas, con calles angostas, valles profundos y subidas y cuestas empinadas, lo cual dificultaba los movimientos de la Corte y la proyección de una urbe fluída y dinámica.

La villa de Madrid en cambio, situada más al norte, gozaba de superficie horizontal, con espacios abiertos y grandes explanadas, con muchos espacios sobre el cual poder proyectar una ciudad más grande y dinámica, de avenidas más anchas que las de Toledo.

Y el agua de la Sierra de Madrid podía suministrar abundante agua de calidad para toda la ciudad de Madrid. Además la villa de Madrid enlazaba bien con las rutas de Alcalá de Henares, Zaragoza y Barcelona al este, al norte con Burgos y al oeste con las provincias de Castilla y León.

* Los Roces del Clero con la Corte. Toledo era la Capital Eclesiástica Primada de España, la sede cardenalicia con más poder y rentas, con un poder absoluto e incuestionable sobre todo el Reino, hasta el punto de que el Cardenal Arzobispo de Toledo y Primado de España, ejercía como un auténtico Virrey a la más antigua usanza.

La Corte de Felipe II (1527-1598), desde que este Rey empezó a reinar en 1556, no paró de sufrir presiones, rozes, disputas y sinsabores por parte del todopoderoso Clero católico, como el episodio del Cardenal Carranza, y especialmente desde 1559 hasta 1561, fecha en la que el monarca definitivamente puso solución a este problema de bicefalia de poder irresoluble que existía en Toledo.

Separando los dos poderes en dos lugares distintos, el eclesiástico por un lado, y el político-administrativo por otro, tal vez las relaciones podrían discurrir más cordialmente, como efectivamente así ocurrió.

La Iglesia Católica nunca trasladó su Sede y capital Eclesiástica Primada a Madrid. La Alta Jerarquía Católica de España no siguió los cambios que abría la Casa Real. La capital de la Iglesia Católica en España se quedó en Toledo, "in eternum", para siempre, del que nunca dió muestras de querer marchar.

Es llamativa esta raigambre y este enraizamiento tan profundo y obstinado que la Iglesia Católica ha establecido en Toledo, nada casual, invariablemente desde el principio y hasta el final. Afortunadamente, y atendiendo al título de nuestra web, ya conocemos la razón más profunda y secreta de este anclaje milenario de la Iglesia Católica en la ciudad de Toledo.

* Hay una razón sentimental también para el establecimiento de la nueva capital del Reino en Madrid. La joven esposa del Rey Felipe II, la francesa Isabel de Valois, manifestaba una gran antipatía por el lugar de Toledo, que le producía un extraño rechazo y desagrado. Isabel de Valois no se sentía bien en la ciudad de Toledo. Y al mismo Felipe II, igualmente tampoco le agradaba mucho la ciudad de Toledo.

Cuando Felipe II trasladó la Corte a Madrid, muchos aristócratas y nobles vendieron sus palacios toledanos, que fueron comprados por órdenes religiosas y convertidos en conventos, dado que la Capital Primada eclesiástica continuaba ejerciendo su poder desde Toledo. Y así resultó que Toledo se llegó a convertir en una gran ciudad católica, una singular Ciudad-Convento.

Durante la época de la dictadura franquista, en el pasado siglo XX, esta ciudad fué tomando un aspecto oprimente, terrorífico y claustrofóbico de Convento-Cuartel, que hoy, gracias a Dios, esa agobiante presión militar, en la vieja Toledo, se ha desvanecido con el tiempo.

Se calcula que actualmente más del 30% de la superficie del casco viejo histórico de la ciudad está formado por conventos y monasterios, que hacen un Toledo secreto, desconocido para el mundo habitual del turismo.

Lo que en principio pareció ser una desventaja para Toledo, la degradación de categoría dejando de ser la capital de la Casa Real y de la política para ser una ciudad común, al final resultó un bien impagable, y lo mejor que le pudo haber sucedido a la ciudad de Toledo, ya que el bullicio y el ajetreo, que son las plagas de los tiempos modernos, que arrasan con todo, abandonaron Toledo y se instalaron a sus anchas en la villa de Madrid, la cual comenzó a recibir gran número de inmigrantes de toda España, hasta crear hoy en día, una ciudad con superpoblación y agotando todos sus espacios libres.

De este modo, desviando la atención hacia Madrid, Toledo se libró de ese gran problema de modernidad, y se ha beneficiado de una gran tranquilidad desde los tiempos de Felipe II, y así ha podido preservar excelentemente todo su aspecto milenario y todo su porte de noble ciudad, para bien común de Toledo mismo, de España entera y de toda la Humanidad.


La verdadera identidad de Toledo

La ciudad de Toledo se ha conocido a lo largo de la Historia por la concentración que ha tenido lugar de sectas secretas, herméticas, ocultistas y esotéricas, hasta el punto de que actualmente tiene fijada su residencia en esta ciudad el mismísimo Papa Negro. El esoterismo, la magia, la hechicería, brujería, la Cabala, la adivinación han anidado en esta ciudad hasta llegar a identificarse todas esas artes oscuras, tradiciones esotéricas y mancias con la ciudad de Toledo.

Y junto a esta faceta oscurantista de Toledo, esta ciudad ha sido identificada también, a lo largo de la Historia, con la poderosa capital de la Jerarquía Católica Primada de España, una de las sedes católicas más poderosas de la Historia mundial.

Y todo esto no es una casualidad, porque el mundo de las sombras y la Iglesia Católica han creado en torno a Toledo un cinturón de seguridad con objeto de evitar que el mundo llegue a descubrir algún día La Cueva de Hércules, ya que a partir de ese momento, al actual sistema perverso y corrompido de cosas en la sociedad, y a todos los individuos y seres tenebrosos al servicio de lo oculto, les llegaría su terrible Armagedon, esto es, su final.

Pero al igual que la Catedral de Toledo caerá al suelo con toda su pestilenta masa pétrea, y desaparecerá para siempre, exactamente igual que todo el Vaticano, la ciudad de Toledo también será limpiada y desinfectada de todas esas huellas de seguidores del Maligno y de todas sus sucias influencias políticas, religiosas, sociales, históricas y culturales.

Antes de un Toledo tenebroso e inquisitorial hubo un Toledo de Israel, la otra Jerusalén que se reencontrará a a sí misma y para el mundo.
Fran Garcia

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