sábado, 29 de marzo de 2008

La Piedra del Destino

En el año 700 de nuestra Era un extraño mensajero vino desde Irlanda a Toledo, en España, para coger de la Cueva de Hercules, protegida aún por los doce hombres hebreos de Toledo, una estraña piedra, conocida desde la antiguedad como “La piedra del destino“, una piedra rectangular de arenisca, de color rojizo, con un peso aproximado de unos 200 kilos llevándosela a Irlanda, y colocando la piedra en la cima del Monte de Tara. Y sobre ella fueron investidos varios reyes irlandeses.

La tradición dice que esta piedra era usada para probar la legitimidad de los futuros Reyes.

                                                                Colina de Tara en Irlanda

Una vez el monarca se situaba encima de la piedra, ésta permanecía silenciosa si el Rey era legítimo sucesor al trono, pero si por el contrario, el que ocupaba esta piedra era un impostor, la piedra producía unos profundos ruidos en señal de desaprobación. Por tal motivo se denominó esta piedra con el nombre de "Lia-Fial" o traducido " La Piedra del Destino".

Más tarde, desde Irlanda, esta piedra sagrada se trasladó a Escocia, en donde se coronó al Rey Fergus, fundador de la Monarquía Escocesa. Y fué colocada esta piedra en los sótanos del Castillo de Dunstaff para su mejor custodia.

Antes de ello, fué construída una Silla de madera, especial, en forma de trono, sostenida por cuatro leones en las cuatro esquinas, semejante a la configuración que tenía la Torre de Hércules, una torre cilíndrica, de forma circular, gigantesca, sostenida por cuatro leones metálicos en las cuatro esquinas, semejante también a la estatua de cuatro leones sosteniendo una losa en sus espaldas, que se halla en la Entrada de Toledo, dentro del recinto de la Puerta de Bisagra, puesta justo al lado de una estatua del rey Carlos I de España y V de Alemania.

Mas tarde el último Rey Kenneth la trasladó a la Abadía de Scone para conmemorar cierta batalla que aconteció en un lugar cercano a esta abadia.

Una de las leyendas de esta piedra dice que un Jefe escocés, un tal Aidan, murió con la cabeza reclinada sobre dicha piedra.

Esta piedra ha sido y es objeto de veneración por parte de escoceses e irlandeses y durante más de 4 siglos todos los Reyes de Escocia fueron coronados encima de esta piedra, que acabó siendo La Piedra de Scone o Piedra del Destino, el símbolo más importante de la monarquía escocesa.

Esta piedra de Scone estuvo custodiada por los monjes de esta Abadía hasta la llegada del invasor Godofredo V Plantagenet.

Una vez que Eduardo I de Inglaterra hubo sometido los principados galeses concentró sus actividades bélicas contra los escoceses, invadiendo Escocia en el año 1296. Al tomar Perth, el Rey dió orden de destruir todos los símbolos de la nación escocesa, a excepción de la Piedra del Destino.

Sobre esta piedra una vez más fue coronado el Rey de Escocia con el nombre de Roberto I en el año 1306, siguiendo la tradición, con el aposento real sobre la piedra de Scone y una vez efectuada tal coronación, el Rey ordenó que esta fuera trasladada a Londres, juntamente con otras reliquias, al mismo tiempo que escribía al Papa solicitando permiso para destruir la Abadía de Scone, pero la muerte del Papa poco tiempo después liberó a la Abadía de su trágico fin.

Las guerras entre Escocia e Inglaterra duraron por espacio de 18 años. Robert Bruce derrotó a Eduardo II . Desde 1314 a 1328 fueron los escoceses los que llevaron la guerra al territorio inglés.
Tanto ingleses como escoceses durante siglos han tenido duros debates por obtener en su poder la Piedra del Destino, e incluso tal debate llevó a formularse con un contrato por parte del rey Eduardo III de Inglaterra en el que manifestaba la siguiente orden:

"Toda vez que recientemente, Nosotros y nuestro Consejo, en la última Unión de Parlamento celebrada en Nortthamton, acordamos que la Piedra sobre la que se asentaban los Reyes de Escocia en el acto de su Coronación y que se hallaba en vuestro poder, fuese enviada a Escocia y toda vez que hemos ordenado a los Sheriffs de nuestra City de Londres de que la reciban de vosotros mediante documento y la lleve a la Reina de Inglaterra, nuestra muy querida Señora y Madre.

Ordenamos que cuando dichos seheriffs se presenten para ello, se entregue y no pierdan la forma indicada dada bajo sello privado en Bordesley el primer día de julio, en el segundo año de nuestro Reinado".

Una vez trasladada la piedra de Escocia, Eduardo ordenó que fuera colocada ante el "Altar del Confesor". Más tarde decidió que se construyera un sitial para albergarla y pueda ser utilizada para las futuras coronaciones de los Reyes de Inglaterra.

Es larga la historia de las coronaciones de los Reyes de Escocia con esta Piedra del destino que durante siglos estuvieron el sitial y la piedra en la Abadía de Westminster hasta que en el 1914, durante la Primera Guerra Mundial, el sitial y la piedra fueron trasladados a la Catedral de Gloucester para su mayor protección.

Durante la segunda guerra mundial la piedra fue enterrada bajo suelo de la Abadía, y un mapa indicando el lugar exacto en que fue depositada, fue enviado al Canadá, todo ello como medidas de seguridad.

En el año 1950 la piedra desapareció de la Abadía de Westminster, pues unos nacionalistas escoceses, tres muchachos y una muchacha, entraron de noche en la Abadía, sacando la piedra de su lugar y llevándosela a Glasgow hasta el año 1951 en que los actores de la piedra decidieron devolverla siendo esta de nuevo depositada en la Abadía de Arbroath.

Una de las leyendas de la Piedra de Scone o Piedra del Destino dice que donde quiera que sea, y sobre esta piedra, siempre será coronado encima de ella un Rey de Escocia, siendo esta profecía verídica, llegándose hasta el año 1953 en que la presente y última Reina de Inglaterra Isabel II fue coronada en la Silla de la Piedra del Destino el 2 de junio de ese mismo año.

Finalmente, en noviembre del año 1996, el día de San Andrés, el Gobierno Británico llevó la Piedra a Edimburgo y se la devolvió al pueblo escocés, estando en la actualidad situada esta piedra en el Castillo de Edimburgo, junto a las joyas de la Corona Escocesa.

Lo incógnito de esta piedra es relacionarla con la cueva de Hercules, los Reyes de Inglaterra y Escocia, y las profecías bíblicas; profecías bíblicas que tendrán cumplimiento en el tiempo actual en toda la tierra habitada. Hay una profecía del profeta Daniel, que podría relacionarse con la Piedra del Destino, cuando dice:
"Que de la montaña la piedra fue cortada no por manos", ( la piedra del destino, que es artificial), y dará contra los pies de una imagen gigantesca que vió en un sueño el Rey de Babilonia, Nabucodonosor, que representaba la marcha de todas la potencias mundiales hasta la llegada de la última potencia mundial, la angloamericana, representada por los pies de esta estatua gigantesca de barro y hierro.

La Piedra del Destino de la Corona británica fué extraída de la Cueva de Hércules de Toledo.

Esto es una alusión a un material inconsistente, sin ningún tipo de fuerza, porque el barro y el hierro no se pueden unir, lo que significa en términos políticos, la existencia de un mundo, el actual, liderado por la potencia anglo-americana, pero un mundo dividido; un reino que será en parte fuerte y en parte frágil, en donde se mezclarán mediante alianzas humanas, pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. (Daniel 2: 43)

La profecía de Daniel referente a esta piedra habla de un tiempo futuro próximo, en que esta piedra,
simbolizada por la Piedra del Destino, en la profecía de Daniel, dá contra los pies de la imagen gigantesca del sueño de Nabucodonosor, y será promotora de un desastre final como jamás ha conocido la historia, en el cual gobiernos y reyes de la tierra seran destruidos enteramente y jamas volverán a resurgir en el futuro en la eternidad.

Y se establecerá un gobierno único en la tierra que demolera a todos estos gobiernos que han subsistido durante más de 6000 años de historia humana y este gobierno sobrenatural arreglará todo los problemas que la humanidad asimismo se ha autocreado y le liberará de las angustias y los horrores que hombres, gobiernos, y religiosos corruptos y opresivos, han sembrado la tierra de injusticias, desórdenes, guerras atroces, abusos y matanzas indiscriminadas durante toda la historia.

Esta es la impresionante secuencia bíblica del libro de Daniel, en donde se habla acerca de la importancia de la piedra del destino:

Daniel 2:34. "Estabas mirando, hasta que una piedra fué cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó".

Daniel 2:35. "Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Más la piedra que hirió a la imagen fué hecha un gran Monte que llenó toda la tierra"

Daniel 2:45. "De la manera que viste que del Monte fué cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al Rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación".

La profecía del profeta Daniel, sigue relatando de esta manera: "Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un Reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y el mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos" Daniel capítulo 4 vers 44.

En el mismo lugar donde se hallan los aposentos de Salomón en Toledo, construídos hace 3000 años con la Mesa de Salomon, esta enclavado el lugar donde se cortó la piedra del destino.

Indudablemente vivimos en un tiempo glorioso en el que a raíz del descubrimiento de la Cueva de Hércules acontecerán sobre toda la tierra hechos pasmosos y a raíz de este descubrimiento de la cueva de Hércules, originalmente llamada la cueva de Salomón, se irán desvelando todos los enigmas y misterios que hay en la tierra en lo referente a todos los monumentos ciclopes gigantescos o denominados de otra manera "obras imposibles" que hay extendidos por todo el planeta y fuera de él.

Dijo así Jesucristo:

"Porque nada hay encubierto que no haya de llegar a descubrirse ni secreto que no haya de llegar a saberse" Evangelio de Mateo capítulo 10 versículo 26.


Alberto Canosa
(Escrito el 7 de Octubre de 2006)

No hay comentarios:

Publicar un comentario